Una persona que está en su momento más bajo, que ha perdido toda la confianza en sí misma y en el mundo, si se encuentra con alguien, aunque sea un extraño que tenga un mínimo gesto de afecto, de cordialidad, una sencilla sonrisa y quién sabe el impacto que eso puede tener.
NUESTRO MOMENTO MÁS BAJO PUEDE SER EL INICIO DE ALGO BUENO.
Sabemos por personas estudios científicos que una sonrisa hacia una persona que está decidida a suicidarse puede cambiar esa decisión.
Una vez un hombre decidió no suicidarse, y escribió una carta al presidente de los Estados Unidos explicando su caso. En esa carta una frase que me llamo mucho la atención: "Cuando no puedes más, es cuando más tienes que poder".
Santa Teresa de Jesús, o más conocida como la madre Teresa decía: "Aunque uno no pueda más, aunque duela. Hay que seguir intentándolo.
Nosotros no somos quienes creemos que somos, los límites que padecemos y sufrimos en la vida no son reales. No son límites que correspondan a nuestra naturaleza. Hay una estructura mental que es como una especie de software virulento que hace que nos veamos como no somos.
En cuanto empezamos a salir de esa estructura mental, empezamos a rozar los límites. Imaginémonos que estamos cruzando la línea, el horizonte, pues nos entra la angustia, el miedo al vacío, como hace 500 años que pensaban que tras el precipicio había dragones y nos echamos para atrás. Pues no, en ese momento donde crees que no puedes más, que tienes miedo, que te sientes incompetente, que te sientes desesperanzado, que te sientes solo, que ves que todo se te hace grande. En ese momento hay que estirar un poquito más, un poquito más, atreverse un poquito más en aquellas cosas que en tu vida tienen sentido. Porque al atreverte ocurre una cosa singular, te das cuenta de que sí, que si se puede y entras en contacto con un mundo que está más allá del mundo mental y que es el mundo real.